Se dividía en dos grandes ejes; uno de ello era la roza, sistema agrícola de la selva, en donde derribar árboles, era un método indispensable para cultivar, fabricar casas y para producir abono a partir de las cenizas que quedaban de la quema de ramas. A mediados de años se sembraba, especialmente maíz, frijoles y calabazas con el fin de aprovechar las tempranas lluvias del invierno. Este sistema agrícola requería muy poca mano y buen resultado en las siembras. Sin embargo, su desventaja era muy preocupante para la población ya que la erosión pluvial agotaba las tierras.
El segundo eje era el intercambio, que era una actividad vital para las ciudades selváticas, pues las tierras bajas no poseían una buena producción agrícola, por lo que sus habitantes debieron establecer un comercio constante entre las ciudades mayas. Este comercio se realizaba a través de intercambios de productos (incienso, pieles, sal...) por rutas fluviales.
Te invitamos a profundizar más sobre este tema, en la siguiente fuente: (Silva, O, (1986),"Civilizaciones Prehispanicas de América", Editorial Universitaria S.A, Santiago, Chile.)
El segundo eje era el intercambio, que era una actividad vital para las ciudades selváticas, pues las tierras bajas no poseían una buena producción agrícola, por lo que sus habitantes debieron establecer un comercio constante entre las ciudades mayas. Este comercio se realizaba a través de intercambios de productos (incienso, pieles, sal...) por rutas fluviales.
Te invitamos a profundizar más sobre este tema, en la siguiente fuente: (Silva, O, (1986),"Civilizaciones Prehispanicas de América", Editorial Universitaria S.A, Santiago, Chile.)
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