Tener hijos era el propósito fundamental del matrimonio, en el momento de sus partos acudían a hechiceras, las cuales les hacían creer sus mentiras y les ponían debajo de la cama un ídolo de un demonio llamado Ixchel, que decían era la diosa de hacer las criaturas.
Luego de nacidos y allanados luego iban donde el sacerdote quien les decía, el oficio y el nombre que llevaría en la niñez, ya que después de bautizados eran llamados con el nombre del padre, hasta que se casaban y pasaban a ser llamados por el nombre del padre y la madre.
A estos recién nacidos, como signo de belleza, le quemaban los pelos del rostro con paños calientes, les deformaban artificialmente el cráneo, atando sobre su cabeza, durante cuatro o cinco días dos tablas planas, las que día a día se apretaban un poco más, además, luego de un tiempo le colgaban del cabello pequeñas pelotas que caían sobre los ojos, obligándolos a torcerlos.
Te invitamos a profundizar más sobre este tema, en la siguiente fuente: (revista on line de educación www.grupodocente.com).
viernes, 29 de junio de 2007
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