Las leyes aztecas en relación a la creación, formación y desarrollo de la familia, consideraba primeramente el matrimonio, señalando que el varón solo podía tener una esposa, lo que no le cortaba la posibilidad de tener otras mujeres, toda vez que le permitían poseer tantas concubinas como puede mantener. Toda esta “legislación” del concubinato producía un gran problema a los indios puesto que al llegar a la edad de querer contraer matrimonio, mujeres solas eran muy escasas o no habían muchas donde escoger. Dentro de la normativa azteca existía que no se podían casar padre e hijos, padrastros y entrenados, ni hermanos. Para obtener el permiso para poder casarse debe ser mayor de 20 años. Los padres debían ofrecer un banquete a su maestros y posterior a ello los padres del novio realizaban una petición la que era llevada a los padres de la novia a través de unas ancianas, la primera vez debía negarse esta petición. En cuanto al divorcio podía realizarse pero con sentencia
judicial.
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